miércoles, 6 de marzo de 2013


“No hay peor sordo que el que no quiere oír”


A menudo, no somos conscientes de la exclusión que sufren las personas que tienen carencias o alguna problemática con respecto a algo tan básico como son los sentidos. En este caso nos centramos en el del oído, y nos gustaría reflexionar sobre como la carencia de un elemento tan importante y básico para una persona pasa desapercibido totalmente por el resto de gente. Cuando lo señalamos como ‘’básico’’ queremos poner atención en la importancia de la palabra, no en lo que muchos perciben como común o sin importancia.
Estas personas encuentran limitaciones en su vida diaria, en cosas tan comunes y necesarias como ir al médico o a comprar, a causa de que la inmensa mayoría de la población no conoce el lenguaje de signos, ni en los propios servicios sociales donde es algo necesario.
Sin embargo, la sociedad si esta concienciada con otros tipos de discapacidades que se consideran más importantes, olvidándose que una persona sorda tiene un problema en algo tan elemental para el ser humano como es la comunicación. Parece imposible pensar que en un centro público no haya una rampa para una persona en silla de ruedas o que en un ascensor no haya sistema de braile, pero ¿Cuántas personas conocen el lenguaje de signos para facilitar el desarrollo de la vida de las personas sordas?
 Para comprender como se siente un sordo posteriormente adjuntaremos un link de un video explicativo donde una persona sorda explica mediante ejemplos limitaciones ante las que se encuentran y lo más importante, como se sienten.
Estas dificultades y limitaciones se han visto agravadas por el sin fin de recortes que se están llevando a cabo en los últimos años, en concreto, los recortes que ha habido en Educación dejan a los estudiantes sin intérpretes, y no pueden seguir en el instituto o en la universidad. Si no tienen intérpretes, no tienen ni información ni educación.
Estos recortes no solo han  afectado a la Educación sino que dejarán de tener un profesional que les traduzca el sonido de la voz al lenguaje de signos de manera gratuita cuando acudan, entre otros sitios, a hospitales, médicos de cabecera, centros de búsqueda de empleo, bancos, administraciones públicas.
Después de esta reflexión, pensamos que los sordos son excluidos de la sociedad, ya que aunque parezca irónico nadie les oye.
A continuación queremos reflejar mediante un cuento infantil el poder de la palabra, del entendimiento y la comunicación:
Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando de repente dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que era, le dijeron a las caí­das que, para efectos prácticos, debí­an darse por muertas. Sin embargo, ellas seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les decí­an que esos esfuerzos serí­an inútiles.
Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decí­an, se dio por vencida y murió. La otra continuó saltando con tanto esfuerzo como le era posible. La multitud le gritaba que era inútil pero la rana seguí­a saltando, cada vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo. Las otras le preguntaron:¿No escuchabas lo que te decíamos? La ranita les explicó que era sorda, y creí­a que las demás la estaban animando desde el borde a esforzarse más y más para salir del hueco.

Por ultimo os proponemos una pregunta muy concreta: Desde pequeños nos enseñan inglés, tienes la posibilidad de elegir otros idiomas e incluso estudiar una lengua muerta como el latín. Reconociendo la importancia del estudio de estas lenguas, No considerarías de igual importancia o más que se estudiase el lenguaje de signos? ¿No creéis que sería una manera de evitar la exclusión que estas personas sufren?

Después de la exposición hay varias cosas que queremos añadir. Primero el link del video que pusimo por si alguno esta interesado y quiere verlo otra vez.
http://www.youtube.com/watch?v=gz16xaxFOOg

Para ampliar la anterior información de una manera más concreta contaros que en España hay un total de 1.064.000 personas sordas y con algún tipo de discapacidad
auditiva (es decir, un 2,3% de la población total),según los datos recogidos por la encuesta del
Instituto Nacional de Estadística (INE) en su estudio “EDAD 2008”,y 2.781 intérpretes de lengua de signos acreditados. Según cálculos de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), hay un intérprete por cada 143 ciudadanos con problemas de audición. Las cuentas no salen porque sólo el 25,17% de los intérpretes trabaja, mientras que un 75% no encuentra una salida laboral a pesar de que se echan de menos en aeropuertos, universidades, centros sanitarios o servicios de atención al público, entre otros mientras que en algunos países europeos la proporción es de un intérprete por cada 10 personas sordas, según la CNSE.

Añadir también el link de un artículo del periódico El Pais que trata sobre la elección de una pareja de tener hijos sordos ya que no creen que la sordera sea una minusvalía, sino más bien la característica central de una 'cultura', una 'identidad'.
http://elpais.com/diario/2002/04/09/sociedad/1018303205_850215.html

Y después de la exposicón y de esta ampliación de informacion invitaros nuevamente a la reflexión sobre las personas sordas, no ceñirse exlusivamene a una particularidad sensorial ya que obviar una realidad, que ha
provocado y provoca la marginación social, cultural y laboral de las personas sordas. Una persona
sorda es mucho más que un oído enfermo; es alguien que, con mayor o menor pérdida auditiva,
cuenta con las mismas capacidades y con los mismos derechos que los demás ciudadanos, pero ha de enfrentarse a diario a multitud de barreras de comunicación que le impiden ejercer su plena
ciudadanía.


Sandra Lucas
Marta Gilgado 2ºC