domingo, 2 de junio de 2013

Inmigrantes ilegales y sanidad


Han pasado seis meses desde que el Ministerio de Sanidad retiró la tarjeta sanitaria a los inmigrantes en situación irregular, una medida que, según las previsiones y a pesar de que no hay datos concretos, afecta a más de 150.000 personas, según Médicos del Mundo.


Es el caso de A.L., marroquí, que denuncia que a sus hijos, menores de edad, se les negó la asistencia sanitaria o el de M.D, dominicana, que cuando acudió a urgencias por una molestia cardiaca, le negaron el servicio en caso de no abonar 140 euros.

También hay casos de embarazadas como Marisa, que al enterarse de su estado, acudió al médico por ser un embarazo de riesgo debido a su diabetes. Denuncia que no la atendieron por no tener tarjeta hasta tal punto que “no le hicieron su primera ecografía hasta la semana 20 y solo a raíz de haber sufrido un accidente de tráfico”, recoge en su reclamación.

Otros casos sorprendentes son el de Jon Bogdam, un rumano de 61 años que sufría un cáncer de lengua. Vive en Palma de Mallorca con su hija y asegura que cuando ha tenido que acudir al médico nunca se le ha pedido la tarjeta sanitaria.

Unos meses después de ser operado del cáncer y de haber recibido la radioterapia acude a la consulta regular, donde el médico le informa de que debe 20.000 euros. Acudió a la consulta privada, donde le dijeron que el cáncer se había reproducido. Al ser incapaz de hacer frente a esa gran suma de dinero y no poder costearse un tratamiento privado se puso en contacto con Médicos del Mundo, donde hicieron público su caso. Tras esto el hospital se puso en contacto con él y le comunicó que podía volver.


Para analizar esta situación debemos atender a lo que se ha llamado “El camino del peaje sanitario”, compuesto por:

-       Exclusión: el Decreto realizado por el gobierno de Mariano Rajoy excluye del sistema normalizado a los inmigrantes en situación irregular. Solo tienen derecho a atención de urgencias, parto, posparto y pediatría.

-       Diversidad autonómica: las comunidades asumen el decreto de forma dispar, siendo muy distintas las prestaciones que ofertan. También es desigual la información que reciben los profesionales del sector.

-       Los paraguas: Andalucía, Asturias y Cataluña no aplican la ley. País Vasco y Navarra aprobaron decretos autonómicos para garantizar la asistencia. Castilla y León, Comunidad Valenciana y Galicia tienen herramientas administrativas para poder proporcionar atención a los inmigrantes. Baleares, Cantabria, Extremadura, La Rioja, Madrid, Murcia y Aragón lo cumplen a rajatabla.

-       Recursos contra la ley. Andalucía y País Vasco han recurrido ante el Tribunal Constitucional. El Ministerio de Sanidad recurrió el decreto autonómico de Euskadi por evitar que se llevase a cabo el copago farmacéutico.


 
Todos estos casos nos demuestran que el simple hecho de ser un “sin papeles” puede causarte la muerte en este país, donde solo en el caso de que un caso se haga público y salga en los medios de comunicación puede salvarte. Y es que según datos de Médicos del Mundo, un 62% de los pacientes atendidos por esta ONG habían sido rechazados con anterioridad en el sistema público.
 

Celia Iniesto Ortega
Laura Lázaro Mónico
2º C1

ENFERMEDADES RARAS EN ESPAÑA


Este año es el Año Nacional de las Enfermedades Raras por ello, veo conveniente mencionar la difícil situación de las personas que las padecen y de sus familiares, debido a la capacidad limitada del Sistema Nacional de Salud para tratarlas. En primer ofreceré una descripción de las mismas y de sus principales problemas con el dicho sistema de salud actual, y a continuación la propuesta de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) para mejorar la calidad de vida de estas personas.

Las Enfermedades Raras (ER), minoritarias, huérfanas o poco frecuentes son aquellas enfermedades con una prevalencia menor de 5 casos por cada 10.000 habitantes. La mayoría se manifiestan ya en edad pediátrica y tienen causa genética.

Se estima que hay entre 5.000 y 8.000 enfermedades raras que, a pesar de su baja prevalencia individual, en su conjunto suponen una fracción muy importante de la carga de enfermedad mundial. La Organización Europea para las Enfermedades Raras ha estimado que en la Unión Europea estos procesos afectan a entre el 6 y el 8 por ciento de la población, es decir entre 24 y 36 millones de personas, de los que, aproximadamente, tres millones corresponderían a España.

En el ámbito de las enfermedades raras, incluidas sus asociaciones y la participación social, hay numerosos ejemplos de la necesidad ,idoneidad y eficacia de la intervención, participación y colaboración de los Trabajadores Sociales, que están presentes en todas y cada una de las delegaciones regionales de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) y en bastantes de sus asociaciones.

Muchas de estas patologías son graves, con una alta mortalidad y morbilidad. Suelen ser poco conocidas por los médicos, esto hace que un paciente pueda pasar años antes de conseguir un diagnóstico correcto, además muchas veces carecen de tratamiento específico. En muchas ocasiones, la falta de un tratamiento efectivo se debe entre otros factores a la ausencia de rentabilidad comercial de los medicamentos destinados a un pequeño número de pacientes.   

Además, la falta de especialización médica, entre otras razones, retrasa el diagnóstico una media de 5 años e, incluso, para el 20% esta demora supera los diez años. Y cuando llega el tratamiento, el 36% recibe “escasa o nula” cobertura de los productos sanitarios por parte de la sanidad pública. 
 Cada familia afectada por estas patologías gasta entre 500 y 700 euros al mes y la mitad de los afectados ha tenido que viajar en los últimos dos años fuera de su provincia para recibir diagnóstico y tratamiento, un peregrinaje que se convierte en la primera causa de preocupación.
La Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), a través de su presidente Juan Carrión y su directora Claudia Delgado, ha dado a conocer el estudio ENSERio2 que plantea un nuevo modelo de reorganización que suponga “un cambio social” y sin necesidad de incrementar recursos, aprovechando de forma eficaz los existentes. Se pretende dar respuesta con un nuevo modelo sanitario basado en la coordinación de las administraciones, los profesionales médicos, de la industria farmacéutica y los afectados que palíe la falta de información, el aislamiento, la derivación de unas comunidades autónomas a otras, el retraso del diagnóstico y las pruebas innecesarias. También proponen que una Unidad de Coordinación sea la encargada de gestionar la labor médica e investigadora y desde donde se vele por el paciente en esta “ruta de atención médica”. Destacaron la necesidad de contar con un mapa de expertos, la designación de diez unidades  de referencia en España que faciliten atención integral al enfermo  y la atención en todas las CCAA.
 
La Fundación ONCE, que al igual que la Fundación Especial Caja Madrid, ha colaborado en este estudio poniendo a la venta el 23 de febrero de este año, 5 millones de cupones para mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades raras, una prioridad social y sanitaria.


Cristina Valdeavero Violat, C1


El suicidio no es un drama individual sino un auténtico problema social.


 
Cuando alguien se quita la vida, el silencio lo llena todo. Eso a pesar de que son pocos los que se libran de haber sufrido un caso cercano. Un amigo, un familiar, un vecino, el padre de un amigo... Y también a pesar de que el suicidio es la principal causa de muerte violenta en el mundo, por encima de homicidios, guerras y accidentes de tráfico.

Su frecuencia ha aumentado un 60% en el último medio siglo, y ya son varios los estudiosos que señalan un incremento propiciado por la crisis económica.

El suicidio es la primera causa de muerte violenta en España. Sin embargo, hay todo un silencio en torno a él. Silencio entre quienes lo intentan, silencio de los familiares que lo esconden porque es tabú; silencio entre las instituciones que, pese a los casi 3.500 muertos anuales, apenas hacen campañas de prevención. Y silencio también en los medios de comunicación, que apenas lo mencionan por miedo al efecto imitación.

 En el mundo se suicidan al día 2.700 personas y 54.000 lo intentan, cifras que superan a la suma de las víctimas mortales de todas las guerras y homicidios que se producen en el planeta. Un fenómeno que aumenta año tras año y que se estima en 2020 habrá aumentado un 50%.

Las mujeres lo intentan más. Los hombres son más efectivos. De hecho, los varones triplican a las féminas en número de suicidios.

La mitad de los suicidados lo consigue tras una o varias tentativas.

Los estudios detectan dos picos en las cifras: la adolescencia y la vejez. Los ancianos son el principal grupo de riesgo, por varios factores, como la pérdida de poder adquisitivo que va aparejada a la jubilación, Además, está la inversión de la pirámide poblacional: cada vez hay más ancianos, una esperanza de vida mayor, y por tanto más enfermedades crónicas, problemas familiares, la pérdida de la pareja...

Para los adolescentes, por su parte, el fracaso escolar, un desengaño amoroso, el divorcio de los padres o conductas de imitación pueden convertirse en desencadenantes de la muerte voluntaria

Si algo se ceba con los suicidas es la enfermedad mental. O más bien viceversa. En el 90-95% de los casos existe algún tipo de trastorno psiquiátrico, la mayor parte de las veces, una depresión. De ahí la importancia de la atención y detección temprana.

El 5% restante obedece a un factor existencial que hace que la persona en cuestión vea en el suicidio la única manera de poner fin a sus problemas. Los antecedentes familiares, padecer una enfermedad crónica que cursa con dolor, conductas adictivas (como el alcoholismo), acontecimientos vitales que suponen pérdidas afectivas, el aislamiento y el hecho de haber tenido alguna vez pensamientos suicidas son otros factores de riesgo.

Hay tantos casos como personas, si bien una característica común a todos es la soledad. Soledad a la que se suman situaciones traumáticas (una ruptura amorosa, la muerte de un familiar...). Y, según la psiquiatra Carmen Tejedor, experta en Suicidología, detrás de un suicidio "siempre está el dolor".

"Nadie que es feliz se suicida. Quien se suicida siempre es una persona con dolor físico o moral, que no ve salida y se le hace insoportable", explica Tejedor, que descarta además que el suicidio pueda ser una decisión racional: "Para ser libre hay que tener un equilibrio emocional, pero el que se suicida es que no tiene otra salida, luego no hay libertad. Si no hay libertad no hay culpa. Pero como pensamos que es un acto de libertad, esto da lugar a juicios paralelos y atribuimos la culpa a la familia. Y aumentamos el sufrimiento".

Y sugiere el siguiente ejercicio: "Tal vez la pregunta que deba hacerse es: '¿Y usted, por qué no se suicida?' Cuando conteste, entenderá por qué el suicida sí lo hace".

Carmen Tejedor es una experta psiquiatra que lleva más de 30 años investigando y trabajando para combatir el suicidio. En 2006 implantó un programa que redujo en un 23% los reintentos de suicidio en sus pacientes. Además dice que si las personas conociésemos la realidad del suicidio, no tendríamos esta actitud moralizante y perseguidora del suicidio y sería más fácil que el que lo piense, lo comente y el que lo escucha, no lo niegue.

A continuación os dejo un documental que se hace eco de una nueva corriente de opinión, encabezada por médicos y expertos, que apuesta por hablar del suicidio para combatir sus causas. El fin último: reconocerlo como una enfermedad más y destinar recursos a su prevención y rehabilitación.
http://www.youtube.com/watch?v=AnRgt_IMKsY

Todos ellos coinciden en la necesidad urgente de instalar el suicidio en el debate público, como en su día se hiciera con los accidentes de tráfico o la violencia de género. Insisten en la idea de que hablando del suicidio se evita el suicidio y que sólo así se podrá actuar.

Con esta entrada pretendo reflejar que el suicidio es un autentico problema social, que para poder detenerlo el primer paso imprescindible es luchar contra el tabú que existe sobre el suicidio.
 
 SANDRA LUCAS TRIVIÑO 2ºC 1

 

 

 

LA POBREZA INFANTIL EN ESPAÑA


Según un informe de Save The Children más de dos millones de niños y niñas viven bajo el umbral de la pobreza. La pobreza infantil, estabilizada durante años en torno a la ya elevada cifra del 24% de la población menor de edad, se incrementó de 2009 a 2010 del
23,7% al 26,2%, un incremento y un porcentaje nunca alcanzados para esta
franja de edad.

La crisis económica que venimos viviendo desde hace unos años se ha comportado de manera despiadada con buena parte de la sociedad, pero son los niños uno de los sectores que más la están sufriendo. Los menores son vulnerables y no cuentan con medios para hacer frente a situaciones de dificultad.

Cada día escuchamos en los telediarios innumerables noticias sobre comedores escolares que cierran, reducciones en las cuantías y las cantidades de  becas,  padres que tienen que dejar de llevar a sus hijos a actividades extraescolares…  y vemos el sufrimiento de los padres por no poder dar a sus hijos todo aquello que se merecen, incluso a veces ni siquiera lo básico para vivir.
 

Frente a este panorama cabe preguntarse qué hacen los organismos públicos para paliar esta situación. La respuesta es breve: POCO. Cada vez es mayor el número de menores atendido por asociaciones u ONG´s.

Y es que España está en la cola de pobreza infantil. Somos uno de los países industrializados con mayores tasas de pobreza infantil, según un estudio de UNICEF.  
España ha retrocedido en la clasificación de bienestar infantil en la primera década del Siglo XXI, hasta situarse en el puesto 19 de los 29 con las economías más avanzadas del mundo.










No debemos olvidar, como asegura La investigadora del Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia que a los niños se les carga además con "roles que no les corresponden, como el cuidado de otros hermanos o tareas domésticas, porque sus padres tienen empleos precarios, si los tienen".

Todo esto nos hace plantearnos qué estamos haciendo con nuestros menores. No deberíamos olvidar que ellos son el futuro de la sociedad y que, independientemente de las familias, cabe al Estado la labor de protección y de velar por su bienestar y seguridad. Debería ser ahora, en esta situación tan dura cuando se desplegasen los medios para garantizar su pleno desarrollo.

Como conclusión plantear la reflexión sobre estos datos tan escalofriantes y lanzar la pregunta ¿qué podemos hacer nosotros para cambiar esta situación?

Celia Iniesto Ortega

2º C1

INSERCIÓN LABORAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD


La inserción laboral de las personas con discapacidad es cada vez mayor en nuestra sociedad, pero aun así quedan muchas cosas por hacer.

El artículo 49 de la Constitución determina que los poderes públicos realizaran una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que la Constitución otorga a todos los ciudadanos.

Otra de las normas más importantes que se han creado para regular y respaldar este derecho es la Ley 13/1982, de 7 de abril, de Integración Social de los minusválidos (LISMI).

 

Uno de los problemas que se plantean a la hora de encontrar trabajo es si declarar o no la discapacidad. En principio, nadie está obligado a declarar sobre su estado de salud a la hora de buscar empleo, pero el empresario está obligado a adecuar el puesto de trabajo a la persona, por ello, si el trabajador presenta una discapacidad debería decirlo.

Este es el panorama general sobre la cuestión. No existe una obligación legal expresa de que el trabajador comunique al empresario la existencia de una discapacidad, por lo que la decisión es una cuestión personal.

 

Existen Centros Especiales de Empleo cuyo objetivo principal es el de realizar un trabajo productivo, participando regularmente en las operaciones del mercado, y teniendo como finalidad el asegurar un empleo remunerado. En estos Centros se empleará a personas que no puedan incorporarse de manera ordinaria al mercado de trabajo.

La totalidad de la plantilla de los Centros Especiales de Empleo estará constituida por trabajadores con discapacidad, y podrán ser creados tanto por Administraciones Públicas como por personas privadas, tanto físicas como jurídicas.

El trabajo que realice el trabajador con discapacidad en los Centros Especiales de Empleo deberá ser productivo y remunerado, adecuado a las características individuales del trabajador, en orden a favorecer su adaptación personal y social, y facilitar, en su caso, su posterior integración laboral en el mercado ordinario de trabajo; a tal fin, estos trabajadores serán evaluados con una periodicidad de dos años por los Equipos Multiprofesionales. Como consecuencia de dicha evaluación, podrá determinarse que los trabajadores que la superen positivamente puedan incorporarse al mercado ordinario de trabajo.

 

Existen también programas de empleo con apoyo, que  consiste en un conjunto de actividades de orientación y acompañamiento individualizado que prestan, en el propio puesto de trabajo, preparadores laborales especializados a los trabajadores con discapacidad con especiales dificultades de inserción laboral que realizan su actividad en empresas normalizadas, del mercado ordinario de trabajo, en condiciones similares al resto de los trabajadores que desempeñan puestos similares.

Pueden promover programas de empleo con apoyo las asociaciones, fundaciones y otras entidades sin ánimo de lucro, y los centros especiales de empleo, suscribiendo convenios de colaboración con las empresas contratantes. También podrán promover esos programas las propias empresas del mercado ordinario de trabajo, incluyendo a los trabajadores autónomos.

 

Las reformas laborales de 2010 y 2012 han introducido cambios sustanciales en cuanto al acceso al empleo y condiciones laborales de las personas con discapacidad, siendo ésta última reforma la que más peso ha tenido.
 
Celia Iniesto Ortega
Laura Lázaro Mónico
2º C1

ALBINISMO EN ÁFRICA

El albinismo es una condición genética caracterizada  por una ausencia de pigmento en la piel, los ojos o el pelo de los seres humanos y  otros animales causado por una mutación en los genes. Pero, en algunos países africanos como Tanzania y en determinadas zonas rurales de este continente, ser albino implica sufrir un rechazo total por parte de la sociedad, incluyendo –en muchas ocasiones- a la propia familia.

Así pues, pocos años atrás, los albinos africanos sentían sobre ellos dos amenazas: la exclusión social y el peligro del ardiente sol sobre su piel y sus ojos desprotegidos, ya de por sí débiles y especialmente sensibles. Por eso, lamentablemente para ellos no es nuevo el hecho de ser abandonados por sus familias, sufrir la discriminación en distintos ámbitos empezando desde la escuela, o sentirse condenados a mendigar por la falta de oportunidades para encontrar cualquier tipo de trabajo. Pero sí es relativamente nuevo el miedo de sentir que su piel tiene precio.

Las noticias sobre la persecución y asesinato de albinos en distintos países del continente africano han sido cada vez más frecuentes en los últimos años. Una situación provocada por el aumento de un siniestro comercio en el que las mercancías son diferentes partes de sus pálidos cuerpos. Extremidades, piel, huesos, pelo e incluso la sangre de personas albinas son utilizadas por los brujos locales como ingredientes para hacer pociones a las que atribuyen poderes mágicos como dar suerte o atraer la riqueza. El problema es especialmente preocupante en Tanzania, un país en el que la población de albinos se estima en unas 170.000 personas. Allí los inciertos datos oficiales cifraron en 40 los albinos asesinados el año pasado, y la alarma que estos hechos ha provocado en la comunidad internacional ha presionado para que el Gobierno tanzano apoyara el nombramiento de una parlamentaria albina (2008), primero, y a principios del 2009 tomara la decisión de suspender las licencias de todos los curanderos, a los que se calcula recurre más del 40% de la población.

Aunque el vídeo que se adjunta a continuación está en lengua inglesa, recomiendo hacer un pequeño esfuerzo y visualizarlo. Entre otras cosas, cuenta con testimonios en primera persona, el caso particular sufrido por una chica tanzana de 28 años. Miriam fue atacada en medio de la noche por dos hombres, quienes  llevaban con ellos instrumentos tales como un machete y botellas, con los que le comenzaron a cortar los brazos. Tardó 10 horas hasta que ingresó en el hospital, por lo que se consideró un milagro que sobreviviese; aunque el bebé que crecía en su útero no corrió la misma suerte.  
Desde entonces, a pesar de que dispone de dos brazos ortopédicos, Miriam no tiene la capacidad de vestirse, alimentarse, lavarse y cuidar de su hijo pequeño (3 años) de manera autónoma, por lo que  su madre –que vivía en otro pueblo-, se trasladó a su casa para así cuidar de ella y de su nieto.




En mi opinión, la situación que viven los albanos negros en muchísimos lugares de África es intolerable. Bien es verdad, que la causa por la que se producen tales atrocidades puede venir dada en gran parte por la falta de conocimientos derivada en supersticiones, por eso, creo que sería conveniente que tanto las políticas llevadas a cabo por estos países, como la denuncia social a nivel mundial; fuesen eficaces y rotundas.
 Para finalizar, me gustaría compartir un vídeo que ilustra de manera rápida y general todo este conflicto actual y, por otro lado, una publicación documentada del periodista Jon Sistiaga, quien informa de manera más detallada y concreta diferentes aspectos de esta situación, contando con vivencias personales, concretas y reales.

No se les considera humanos, sino fantasmas. Creen que si se mata al espíritu fantasma y se hace pociones con partes de ese cuerpo, obtendrán poderes mágicos. 




Ángela Crespo Herrador. 2ºC-C1